miércoles, 7 de octubre de 2009

Cómo ayudarles a que hablen más y mejor

Desde que nacen, nuestros hijos intentan relacionarse. Tratan de hacerse entender, primero con llantos, y más tarde con gorgojeos, sonrisas, gestos… poco a poco irán desarrollando el mejor de los medios de comunicación: el habla.

La evolución del lenguaje varía mucho de unos niños a otros, depende de sus propias capacidades y también de la estimulación que reciba de su entorno (del que nosotros somos parte fundamental). No se puede establecer una fecha como inicio del lenguaje. Pero suele considerarse dentro de la norma la aparición de la primera palabra entre los 9 meses y los 18 meses. Muy a grandes rasgos la evolución del lenguaje sigue la siguiente pauta:

Sobre los 8-12 meses los niños balbucean , y tratan de repetir más aquellos sonidos que se parecen a las palabras que les decimos (“mamá”, “papá”, “auá”, “pipi”...).
Entre los 24-30 meses poseen un vocabulario expresivo más o menos reducido pero que les permite hacerse entender. Ya van comprendiendo órdenes sencillas sin apoyo visual, aunque estén descontextualizadas.
A los tres años repiten frases.
Y a los cuatro años son capaces de contar lo que les pasa.
¿Qué podemos hacer los padres para prevenir los problemas en el lenguaje de nuestros hijos?

Pues intentar que comprendan y hablen más. Esto hay que hacerlo de forma espontánea y sencilla. Para ello lo mejor es:

1.- Aprovechar las experiencias de la vida cotidiana para ayudarle a comprender más cosas.

2.-Tomar siempre una actitud positiva, valorando las cosas que el niño hace o dice, fomentando su curiosidad y su interés por aprender. Cuando se equivoque se le corregirá pero sin centrar la atención en sus errores, si no al contrario, haciéndole ver sus progresos y dándole el modo correcto .

ACTIVIDADES PARA CADA FASE DEL DESARROLLO INFANTIL

DESDE EL NACIMIENTO: hacer que atienda y recuerde cosas. Podemos captar su atención con nanas o canciones de juego, siempre utilizando las mismas canciones para que las recuerde y las asocie a las actividades que hacemos con él cuando se las cantamos. También es bueno colocarle un móvil de animales o figuras en la cuna para que se fije en él ...
A PARTIR DEL PRIMER TRIMESTRE: ya puede intentar imitar nuestros gestos y palabras. Ésta es una actividad a la que es bueno dedicarle un tiempo, observar al niño teniéndolo sentado en la hamaquita, o mejor entre nuestras manos con su cabeza frente a la del adulto. Después hay que iniciar la comunicación con él. Podemos cantarle suavemente, repetir vocales, hacer gestos con los ojos o la boca, o simplemente esperar e imitar sus propios gestos o gorjeos, que también está muy bien.
A PARTIR DE LOS 9 MESES: logra identificar objetos, animales y personas. Lo hace nombrándolos, señalando lo que más le atrae... Nosotros podemos repetirle el nombre de esas cosas y esperar pacientemente a que vaya formando la palabra en su lenguaje.
A PARTIR DE LOS 12 MESES: puede comprender prohibiciones, órdenes y frases habituales que empleamos con él.. Cuando el niño se acerque a tocar algo que no queremos que toque le diremos en voz clara pero sin gritar no; entonces el niño se detendrá y al cabo de unos segundos intentará seguir tocándolo, pero nosotros le distraeremos con otra cosa y repetiremos la negación cada vez que se acerque al objeto.
ENTRE LOS 20 Y LOS 24 MESES: consigue identificar a animales y personas junto con las acciones que desempeñan. Aparecen las primeras frases, que no son más que la combinación de dos palabras. Podremos estimularle utilizando libros, películas o simplemente la vida cotidiana para hacer que se fije en las acciones y los actores.
En general hay que conseguir que el niño sienta la necesidad de expresarse por medio de las palabras. Para ello todos los que pasamos tiempo con él tenemos que ayudarle. Nosotros los padres, pero también los abuelos, tíos, hermanos, maestros...

Tenemos siempre que hablarle, decirle cada cosa lo que es, aprovechando su curiosidad. Entre los 18 y los 24 meses empezará a decirnos “¿qué es esto?"; ahí nosotros tenemos que responder de forma clara con el nombre del objeto, y ponernos también a contarle sus cualidades, para qué sirve, de qué esta compuesto...

Así poco a poco iremos consiguiendo que el niño se sienta rodeado de un mundo de palabras que ayudan a definir la realidad. De este modo es como podemos conseguir que se sienta motivado para verbalizar sus percepciones.

Os proponemos ahora una serie de juegos que le ayudarán a tener más atención y gusto por el lenguaje.

JUEGOS PARA POTENCIAR EL USO DEL LENGUAJE (A partir de 24 meses)

Para fomentar la comprensión oral se puede JUGAR A:

1.-

CUÉNTAME UN CUENTO.

Debéis leer un cuento sencillo y que atraiga al niño. Antes o después de la lectura es bueno que comentéis con él los elementos del relato:

Quién es el protagonista.

Dónde se realiza la acción

Cuándo se produce la historia

Y una vez finalizada la lectura conviene hacer una recapitulación de la historia para ayudar al niño a que sepa ordenar bien las cosas en el tiempo:

Primero ocurrió que...

Después ...

Por último...

2.-

POR FAVOR AYUDA A PAPÁ (o a MAMÁ).

También podemos pedirle que colabore en alguna tarea: preparar el desayuno, ordenar ropa en los armarios o reparar algún electrodoméstico.

Nosotros le iremos explicando en cada momento lo que está haciendo. Estas explicaciones contribuyen a ir enriqueciendo su lenguaje y le enseñan cómo se construyen bien unas frases, que cada vez irán siendo más complejas.También se le pueden dar órdenes del tipo: “Dame el jersey amarillo que está en la percha pequeña”. Teniendo en cuenta que cada vez se irán ampliando las proposiciones de las órdenes. Por ejemplo:

"Dame el jersey amarillo que está colgado en la percha pequeña".

"Dame el jersey amarillo que está colgado en la percha pequeña y abróchale los tres primeros botones empezando por arriba".

Ir haciendo las frases más y más complicadas, pero siempre en función de la atención que le pueda poner.

Para fomentar la expresión oral se puede JUGAR A:

1.-

LAS PALABRAS

Recurrimos a objetos que el niño conoce y jugamos a decir su nombre.

Cogemos tres juguetes los ponemos encima de una mesa, nos sentamos enfrente de él y decimos el nombre de uno de los juguetes. Él tiene que tocarlo y repetir su nombre. Solo entonces le damos el juguete.

No hay que insistir en la palabra. Esto es un juego, el juego de hablar, y en él es importante esperar en silencio hasta que el niño pueda contestar (si pasados unos segundos no repite el nombre no insistimos y pasamos al segundo objeto, pero no se lo damos).

2.-

LA LENGUA JUGUETONA

Este juego lo podemos practicar en casa con toda la familia; para ello sólo necesitamos un espejo de pared y un poco de atención.

sacamos la lengua

subimos la lengua hacia la nariz

bajamos la lengua hacia la barbilla

nos lamemos las comisuras de los labios

hacemos pedorretas con la lengua entre los labios

sacar y meter la lengua rápido o lento

Podemos hacer estos juegos como si fuesen de imitación .

- Mira lo que hago...¿Tú puedes hacerlo?

Con éstos sencillos ejercicios conseguimos estimular la correcta articulación de los fonemas, que son los sonidos de cada palabra. La lengua está formada por varios músculos, lo importante es que el niño tome conciencia de que puede hacer muchas cosas con ella (incluso, y aunque no esté en el juego, hablar correctamente).

3

YO SOPLO, TÚ SOPLAS

Cantamos la canción del cumpleaños y apagamos la llama de una vela que cada vez pondremos más lejos (hasta llegar a unos 50 centímetros del niño). Podemos hacer un molinillo de viento y soplar para que se mueva. También con medio vaso de agua, una pajita y un buen chorro de jabón líquido podemos hacer pompas, sin utilizar ningún pompero.

Con éste tipo de juegos nuestro hijo irá dándose cuenta de cuál es el tipo de respiración correcta ( inspirar por la nariz, con ayuda del diafragma, y espirar por la boca) y tendrá cada vez más control sobre el aire espirado. Esto es muy importante para que pueda “proyectar la voz”, es decir, controlar la fuerza que le pone a cada palabra, conseguir que le entiendan los que no están a su lado sin necesidad de gritar.

"La comprensión y la expresión oral debe ser buena a partir de los 4 años. Si tu hijo no sabe mantener una conversación sencilla, o si lenguaje es difícil de entender después de esa edad, si no repite frases o no localiza la fuente del sonido con 3 años, lo mejor es acudir al profesor de audición y lenguaje de su colegio para que te oriente sobre lo que se debe hacer y qué profesional puede ayudarlo (otorrino, logopeda, psicólogo, foniatra...)"

ROSA BUENO MASIÁ
PSICOLOGA-LOGOPEDA DEL CENTRO ESTIMULS

Para saber más: los bebés hablan idiomas.

Los niños cuando empiezan a balbucear emiten sonidos de todos los idiomas. La laringe humana es igual en toda la especie, por lo que un recién nacido, en España o en Venezuela, tiene las mismas capacidades para hablar chino que un niño nacido en China. Lo que ocurre es que el bebé según va desarrollando el lenguaje, olvida los sonidos que no pertenecen a la lengua materna. Y eso es un poco por nuestra causa.

Los que rodeamos al bebé, cuando le oímos hacer un sonido que sería correcto por ejemplo en chino, nos parece que el niño está haciendo ruidos, así que no lo estimulamos. En cambio no paramos de emitir combinaciones de sonidos que pertenecen más a nuestra lengua (“ papá”, “mamá”, “pipi”, “aua”,...). Cuando el niño se pone a repetir éstos sonidos ve que nosotros reaccionamos con alegría, que esos sonidos sí tienen significado para nosotros, así que se centra en esas palabras que le decimos, jugando o cantándole, y se va olvidando poco a poco de los otros sonidos.

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