miércoles, 7 de octubre de 2009

Estrabismo. ¿Qué hacer si tuerce un ojo?

El estrabismo es un problema de la vista que aparece sobre todo entre los dos y los cuatro años de edad, aunque puede ser congénito (estar presente desde el nacimiento) o aparecer más adelante, incluso en la adolescencia. Se aprecia porque los ojos no se mueven de forma coordinada.
En qué consiste

Hay seis músculos en cada ojo que tienen que combinarse para mirar en nueve direcciones: tres para mirar arriba (a la derecha, al centro, a la izquierda), tres de frente y tres abajo. La falta de coordinación en este movimiento da lugar al estrabismo.

1. En la mayoría de los casos de estrabismo existe un problema relacionado con los músculos del ojo. Por alguna razón desconocida, hay músculos hipertónicos o hipotónicos, es decir, músculos más fuertes de lo normal o músculos más débiles; la fuerza de estos seis músculos no está equilibrada y por lo tanto unos tiran más que otros, lo que hace que el ojo se tuerza hacia el lado más fuerte.

2. El estrabismo puede aparecer como consecuencia de un problema de visión, sobre todo de una hipermetropía. En la hipermetropía el niño tiene que hacer mucho esfuerzo para mirar de cerca. Cuando está cansado normalmente se le tuercen los dos ojos hacia dentro pero también puede torcerlos cuando no está cansado, por lo que se llama un esfuerzo de acomodación.
¿Qué problemas produce?

Cuando el niño tiene estrabismo el cerebro recibe dos imágenes diferentes y opta por anular una de ellas. Con el tiempo esto da lugar a un ojo vago (ambliopía). Si no tratamos un ojo vago pronto, el cerebro se acostumbra a mirar por un solo ojo y a ignorar la información que recibe del otro.
El resultado es que el niño acaba viendo por un solo ojo, lo que puede convertirse en un problema para toda la vida, porque debido la falta de uso, las vías que llevan información del ojo al cerebro dejan de funcionar. Además, pasada una determinada edad, más allá de los seis u ocho años, es muy difícil recuperar la visión de ese ojo vago.
El tratamiento del estrabismo es muy importante. Nunca es demasiado pronto para detectarlo ni para tratarlo; de hecho, cuanto antes se diagnostique más sencilla será su recuperación. No hay que olvidar que no desaparece espontáneamente.
¿Cómo tratarlo?

Primero el oftalmólogo hace un estudio de la vista para averiguar si la causa del estrabismo es algún trastorno de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo). Normalmente el estrabismo está más asociado a una hipermetropía, pero a veces puede estar relacionado con una miopía, por ejemplo, o con una catarata que hace que el pequeño no vea bien por un ojo, deje de usarlo, se debilite y bizquee de vez en cuando. A veces es el estrabismo el que nos avisa de que el niño tiene un ojo vago.
Si en el origen del estrabismo existe un problema de vista, la primera medida es ponerle gafas al pequeño. Estas pueden corregir el estrabismo por completo en el 50 o 60 por ciento de los casos.
En paralelo el médico comprueba si uno de los dos ojos está vago para fortalecerlo y recuperar la visión. Esto se consigue normalmente con el tratamiento con parches. Se tapa el ojo fuerte para hacer trabajar al débil, y esta es una tarea que requiere de constancia y del trabajo conjunto de padres e hijos. Para el niño es incómodo, porque durante el tiempo que lleva el parche puesto solo tiene libre el ojo que ve menos, pero eso le ayuda a recuperar la visión y merece la pena el esfuerzo.
Si a pesar de las gafas el pequeño sigue torciendo un ojo, el doctor investigará qué lo está provocando. Casi siempre es un trastorno en los músculos del ojo. En ese caso el médico aconsejará operar y nos explicará las diferentes soluciones quirúrgicas que hoy en día hay a nuestro alcance.
Existen ejercicios para los músculos de los ojos que sirven para mejorar ciertos movimientos, pero no resuelven el estrabismo, por lo que se utilizan como ayuda. Así que descartados los problemas de visión, la operación es casi siempre la solución más común.
La reeducación del ojo vago con parches se hace antes de la operación si es posible, ya que es importante que el cerebro reconozca la información que le envían los dos ojos.
La operación

Hoy en día se realizan dos tipos de cirugía del estrabismo, la tradicional y la operación con toxina botulínica:
La cirugía tradicional consiste en acortar, alargar o cambiar de posición los músculos de los ojos. Es una operación que requiere anestesia general en los niños. La finalidad es conseguir un equilibrio entre los músculos del ojo.
La operación con toxina botulínica no puede utilizarse en todos los casos, solo en algunos muy concretos. Consiste en inyectar unas cantidades determinadas de esta toxina en el músculo más fuerte para disminuir su actividad. No se dan puntos, pero sí se utiliza anestesia general. Además, hay que realizar varias intervenciones, más que con la cirugía convencional.
Ambas operaciones se desarrollan normalmente sin complicaciones importantes, aunque conviene saber que en ambas técnicas es habitual tener que volver a intervenir hasta dos y tres veces, porque no es sencillo conseguir el equilibrio perfecto de los ojos.
El resultado es que tras las operaciones la visión global del niño mejora y también lo hace su aspecto estético, lo que para algunos de ellos (sobre todo los más mayores) es muy importante.
¿Cuándo operar?

En general entre los tres y los cinco años es una buena edad para hacerlo. A esta edad es más fácil que el cerebro del niño se acostumbre mejor a la nueva situación: que los dos ojos estén coordinados al mirar y envíen dos imágenes que puede integrar.
Si se espera a que el niño sea mayor o a la adolescencia, es posible que mejore estéticamente, pero podría ocurrir que el cerebro no integre la nueva visión global que le ofrecen los dos ojos.
El estrabismo congénito también se corrige con operación, y en ese caso, y dado que aparece desde el primer momento, se recomienda una operación precoz, en el primer año de vida. Por lo tanto, cuanto antes consultemos, mejor.
Falso estrabismo

Existe lo que se llama falso estrabismo, es decir, parece que el niño tiene estrabismo pero no lo tiene (los músculos de sus ojos funcionan perfectamente). Se trata de un efecto óptico causado por la anchura del puente de su nariz.
Por otro lado, algunos bebés pueden torcer ligeramente los ojos en los primeros meses de vida, sobre todo cuando están muy cansados o cuando maman. Es relativamente corriente.
Pero si a partir de los tres meses sigue torciendo un ojo, aunque sea esporádicamente, debemos informar a nuestro médico y empezar a buscar soluciones.

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