miércoles, 7 de octubre de 2009

Qué hacer cuando tienen mal despertar

Si tu hijo es de los que se levantan por la mañana, o después de una siesta de un humor de perros - contestando mal a todo el mundo, totalmente inactivo y con ganas de asesinar a media humanidad - deberás revisar, los posibles focos de este malestar, antes de que el desayuno se convierta en una batalla campal, ya que ésta, suele ser una actitud contagiosa y al final podéis empezar el día la familia entera peleada.

Normalmente esta forma de despertar, se suele deber a tres factores:

1. No ha descansado lo suficiente, analiza cuantas horas reales duerme, no a qué hora se acuesta y a cual se levanta. Piensa que hasta los doce años deben dormir alrededor de diez horas para estar descansados y poder afrontar su frenética rutina con buena actitud.

2. Asegúrate de que no está pasando por un mal momento. Los niños al igual que los adultos tienen sus problemas, puede que esté pasando por una situación difícil, que esté afectando a su sueño. Aprovecha cualquier otro momento del día, no el del desayuno, para charlar con él. Puedes llevártelo a ver escaparates, y cuando esté receptivo, pregúntale por su profesor, con qué amigos ha jugado hoy en el recreo, por su colección de cromos. Si no hay nada que te llame la atención, investiga hablando con sus profesores, con sus amigos, incluso en función de su edad con las madres de sus amigos, hay veces que se lo cuentan a ellos antes que a ti.

3. Fíjate también si por su edad, puede estar pasando una época de miedos o pesadillas. Si es así, intenta poner medios como dejar la luz del pasillo encendida hasta que se duerma, contarle un cuento relajante antes de dormir, que te cuente la pesadilla y terminarla juntos con un final creíble pero en el que el puede vencer la situación,...

4. Es un hábito y se ha acostumbrado a levantarse de mal humor.

Sea cual sea el problema de tu hijo, hay que ayudarle a cambiar esta manera tan desagradable de levantarse, que termina poniendo de mal humor a toda la casa. Aquí te presentamos unas pautas a seguir para que puedas cambiar esta mala costumbre:

Da ejemplo, aunque te cueste la misma vida, tu debes ser el primero que se levante de buen humor, quizá necesites un tiempo extra. Pon tu despertador media hora antes para que cuando llegue la hora de levantarles a ellos ya estés despejado y activo.


Vigila la hora de acostarse. Lo primero a modificar será la hora de dormirse. Es fundamental que duerman el tiempo suficiente, sino no servirán de nada el resto de las pautas porque se levantarán cansados, y su organismo pedirá más horas de descanso.


Despiértale suavemente, no dejes que se levante con el tiempo justo, dale un margen de cinco o diez minutos, para despertarse y holgazanear en la cama, incluso para hacerle unos mimos hasta que este plenamente despierto.


Antes de acostarse, dejad todo preparado para el día siguiente, su cartera, deberes, ropa, ...


Habla con él e intenta sin culparle, que entienda, que a todos nos cuesta levantarnos, pero que nos esforzamos para que toda la familia tenga un buen ambiente y que de él, esperáis lo mismo.


Nunca aceptes que él es así y que no hay nada que hacer. Entonces le estarás dando tu bendición, para que se siga portando de la misma manera por las mañanas.


El primer día que se produzca un pequeño cambio, aunque dure cinco minutos, agradéceselo y dile lo orgulloso que te sientes de su esfuerzo.

Piensa, que hablar con tus hijos es la mejor base de una buena educación, y que en la mayoría de los casos, el desayuno es uno de los pocos momentos en los que nos podemos reunir toda la familia. Es preferible que todos madruguemos un poquito más y que delante de un buen desayuno cada uno pueda comentar el día que le espera.

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